Rifle de asalto AKM
El AKM (en ruso: Автомат Калашникова модернизированный, Avtomat Kalashnikova Modernizirovannyj), es un fusil de asalto creado como sucesor del AK-47 en 1959. Es el primer fusil de asalto que se utilizó ampliamente en el mundo. Es rentable y confiable, porque es uno de los más baratos de fabricar, requiere un mantenimiento mínimo e infrecuente para funcionar correctamente, puede disparar aún mojado, oxidado o muy sucio, y tiene disparos potentes, aunque menos que el cartucho 7,62 x 51 mm de la OTAN, si bien también el retroceso es más controlable en modo automático. Debido a sus características anteriores (y a que la URSS lo distribuyó por una gran parte del mundo), es ampliamente utilizado en muchos países y ha sufrido muy pocas modificaciones. Este fusil tiene la fama de ser común entre terroristas y guerrilleros, porque les es fácil conseguirlo y tiene bajos costos. Entre originales, versiones, variantes y copias se han fabricado unos 60 millones de estos fusiles en todo el mundo y sigue siendo el más común con gran diferencia en el planeta.
En 1943 el ruso Mikhaíl T. Kalashnikov creó un fusil de asalto para utilizar el calibre 7,62 x 39 mm, pero su prototipo no fue elegido para servir al ejército ruso. Así que tuvo que rediseñarlo adquiriendo conocimientos del estudio de unos fusiles Stg-44 capturados de la guerra. En 1947 creó el AK-47 (Avtomat Kalashnikova 1947 goda, en ruso). Entra en servicio militar en 1949, pero su uso fue mantenido en secreto por la Unión Soviética hasta 1956, cuando empezaron distribuirlo a todas las tropas rusas. En 1959 se fabrica una nueva versión del AK-47, el AKM (Avtomat Kalashnikova Modernizirovannyj). Éste, a diferencia de su antecesor está hecho con partes más delgadas, algunas de metal estampado y otras de madera laminada, y usa cargadores de aluminio y plástico para abaratar y acelerar su producción. El AKM es un kilogramo más ligero que el AK-47.
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